15 de diciembre de 2009

Después de tanto tiempo


Hace unos meses no creía o nunca pensé que la vida escolar pudiera marginarme de actividades extra... y como un capricho más de esta vida, al saberme lejos de todo lo relacionado con esa vida universitaria, mi gran amigo insomnio me ha encontrado, motivado tal vez por ese hecho que me perturba.

La vida se encuentra en un constante cambio y para nadie es extraño... y en el mismo tiempo transcurrido desde la última vez que plasmé algunas ideas en este lugar mi vida no es la misma... y ni siquiera se parece a lo que pude haber imaginado.

Pero el motivo, o mejor dicho la persona que detonó esta serie de cambios no son lo que me perturba esta vez, sino aquellas acciones que realicé en el pasado cercano, y que me aproximan en gran parte a todo lo que he negado durante tantos años: ser uno más "del montón". Hoy me pregunto, ¿qué es lo que me hace mejor persona? (omitiendo el juicio necesario con respecto a lo mejor, lo peor, y en comparación a qué).

Sin duda, mucho tiempo logré estar alejado de esas conductas que caracterizan a los "simples mortales", pero al desaparecer aquel motivo que me tenía reprimido, por llamarlo de alguna manera, todas esas conductas han encontrado una vía de escape, y no necesariamente reflejan y expresan lo que siento... aunque sí corresponden a una serie de prejuicios (¡qué enorme sorpresa... yo prejuicioso!).

Hay días en los que simplemente no entiedo lo que pasa a mi alrededor... días en los que definitivamente me siento ajeno a este mundo, y por consecuencia siento que la vida sigue sin mí; de tal manera en la que mis acciones o decisiones simplemente no tienen validez ni razón de ser. Sentimiento tan extraño no puede no venir acompañado de una serie de ideas que me mantienen ocupado durante gran parte del día. Ver correr la vida sin ti... eso es algo que no me gusta, y que sin embargo en días como hoy parece suceder.

Una cadena de eventos (desafortunados) que te hace ver, pensar, leer, inventar e incluso inducir ideas por demás fuera de lugar; pero que, sin embargo, son capaces de detenerte un momento, a pesar de su falta de validez (o comprobación). Y no hacen más que sembrar la duda en todo tu ser. ¿Por qué tomar aquella conducta, si no obtienes nada a cambio? ¿Será que jugaste un juego, o hiciste que otros lo jugaran? ¿Será que hay más detrás y que ni tú mismo te das cuenta? ¿O es que simplemente fue el momento?

De nuevo un viaje al interior de uno mismo para hallar algunas respuestas... cuestionamientos que nadie más es capaz de formular, o que simplemente no tienen la confianza de compartir. Pero respuestas que sólo viven muy escondidas, dentro de un solo lugar... el inconsciente y los deseos de una persona. ¿Cuántas personas involucradas puede haber en tan pocas respuestas, en tan pocas decisiones? El problema es que las hay.

¿Será que yo mismo provoqué esa situación? ¿Será que somos simples marionetas del destino? ¿O simplemente estamos en el lugar y momento equivocados? Cualquiera que fuere la respuesta, está en mis manos encontrarla.

Muchos juzgamos a lo lejos, basados en juicios y prejucios personales, mezclados con deseos (los ocultos y los no tan ocultos) y en sobradas ocasiones no nos percatamos que simplemente estamos cometiendo errores tan grandes, que cualquier otro podría reconocer a tantos metros de distancia... y sin embargo seguimos adelante con nuestros juicios mal fundados y los defendemos como si en realidad los creyéramos.

Si nunca hay espacio para las dudas... no tengo por qué empezar ahora. Mi gran amigo se ha ido, es tiempo de aprovechar las horas de sueño que se han negado