17 de octubre de 2010

Un viejo hábito


Hace tanto tiempo que mi vida ha cambiado. Un constante sube y baja. Pero para los nuevos lectores, es preciso decir que éste es un espacio de desolación, tristeza y depresión. ¿Por qué? No es porque mi alma esté llena de eso, pero sí porque mis letras son válvula de escape: escape a una realidad que muchas veces parece no tener salida. ¿Pero es entonces que evado la realidad? ¿O es acaso que las letras son el único refugio con el que cuento?

Muchas personas han dicho que les gusta la manera en que escribo, pero me resulta un dato curioso, pues sólo exteriorizo lo que he bautizado desde hace ya tiempo "mis demonios internos", que no son más que ideas, ideas que viven y mueren al mismo tiempo que escribo esto. Un hábito que me ayuda a tranquilizar el alma.

Hubo una vez una persona que se sentía sola en este mundo. A su alrededor, todos eran tan diferentes. Gustos, conducta, personalidades tan distintas a la suya. A cada paso y en cada etapa de su vida sintió como si fuera un total extraño para el mundo. Nunca había encontrado su lugar. Su mejor refugio era cerrar sus ojos y elaborar un diálogo consigo mismo.

Los años se fueron y este individuo (con todas sus letras) desarrolló, amalgamó y adoptó conductas del medio que le rodeaba. Se formó la idea de que cada persona era capaz de sobrevivir sin otra, o lo que en el lenguaje común denominamos "más vale solo que mal acompañado". Con esto en mente, se dispuso a recorrer cada camino que sus pies y la vida le presentaran. En su adolescencia temprana, como es usual, vivió una transformación, pues se enfrentó a un ambiente en el que nunca se había desenvuelto: el de los amigos. Para alguien cuyo primer amigo de la infancia lo había traicionado, propinándole un duro golpe en la espalda y dejándolo inconsciente durante algunos minutos, este nuevo mundo lucía atractivo.

Los lazos fueron creciendo, fortaleciendo y el tiempo siguió. El personaje de estas líneas comenzó a creer en las personas. Pero hubo algo que siempre lo tuvo en desventaja: el carácter, aquél que formó a temprana edad siempre le ha jugado malas pasadas. De manera sencilla, su carácter es explosivo, sin llegar a la violencia física, pero alimentándose de la violencia psicológica. En todos los lugares que frecuenta, escuela, casa, familia es conocido y temido por su carácter. Así que su carácter ha sido motivo de marginación, porque nadie quiere estar junto a alguien que los demás denominan "neurótico" (pero que apuesto no saben a qué se refieren con esa palabra).

La adolescencia media ha llegado. Nuevas amistades también. Nuevas personas que a la postre se convertirán en un gran apoyo. No así sus sentimientos, ya que a pesar de estar rodeado de personas cariñosas, preocupadas por su existencia, él inexplicablemente se siente solo. A sus 16 años en este planeta, no ha encontrado a alguien que pueda entender la manera en que se siente, la manera en que hace las cosas, e incluso porqué las haces. Para muchos es un misterio otros creen que él simplemente es muy raro, algunos otros pensarán que está loco; yo que lo conozco puedo pensar que es un loco incomprendido. Su soledad se manifiesta de muchas maneras, pero la más evidente es aquella que lo margina de los demás, y los demás prefieren alejarse, exceptuando unas 5 personas que han aprendido a quererlo y comprenderlo.

No importa cuánto puedan descubrir de él, esas 5 personas han estado presentes en sus primeros triunfos. Pero él inexplicablemente se siente muy solo. Pronto descubriría la magia que habita en los abrazos con otras personas. Y también pronto llegaría el día en que, tras descubrir esa magia, se decida llenar de abrazos a las personas que conoce, no importa que esas personas no le devuelvan el abrazo, o crean que lo hace por "otros" motivos. Él cree en la magia de los abrazos, y desde ese día no dejará de darlos.

Una nueva experiencia en su vida. Él creé muchas cosas, pero lo cierto es que todo es nuevo y su inexperiencia lo hace caer en muchos errores. Le resulta difícil creer (y ver) que todo forma parte de un plan mayor, que cuando una puerta se cierra es porque otra se abre. Es una lección que le toma mucho aprender. Pero este aprendizaje trajo consigo una habilidad muy particular: de ahora en adelante él puede observar detenidamente a las personas. Durante un respiro de su existencia, él creía que estaba completo. Pero fue cuando se sintió incompleto de nuevo que se dio cuenta que no era más que la oportunidad de seguir creciendo. Pero, para que su soledad no fallara, él se sentía solo.

Él ya no era más un niño ni un adolescente. Su cuerpo ya presenta los signos de una persona distinta. En su camino se encontraría a muchas personas, más de las que él hubiera imaginado. Pero él sigue siendo un inexperto en cuanto a vivir se trata. Su carácter está bien formado, y no ha dejado de ser aquél carácter explosivo sin llegar a la violencia física que formó en sus días tempranos. A pesar de ello, logró apagar esa parte de él y vivir durante mucho tiempo sin sobresaltos, escondiendo esa parte de él que tanto le desagrada, pero que una vez que se manifiesta, es difícil controlar. Así es como una cadena de eventos lo llevan a una nueva etapa, que nunca ha sido fácil, pero que ha traído muchas satisfacciones; muchos sentimientos que él creía olvidados, y muchos otros que no sabía que existían.

Nuevamente, él es tachado de inexperto. Su carácter le sigue trayendo malos ratos. En su mundo, él es de una manera. En el mundo de los demás, se comporta y dice otras. En su interior se libran un sinfín de conflictos que pueden abarcar muchos temas. Hace mucho que él dejó de pensar en sí mismo, y que piensa por ambos. Sin embargo, a su entender, pareciera que ésto no es tan evidente como él desearía. Él comprende que la vida no es nada fácil. Él sabe que todos los días tiene que "demostrar" lo mucho que anhela ser feliz. Pero hay días en que la oscuridad nubla sus pensamientos, en que se apodera de sus ideas y provoca que su lengua se mueva sin que él lo ordene. Esa oscuridad que varias personas han dicho que existe en él. Esa oscuridad que otros no ven, y en su ausencia sólo pueden admirar la grandeza de este personaje. Él ya no se siente solo. Él sabe que ha encontrado el camino y él sabe que su camino es menos difícil si toma la mano de esa persona.

A pesar de ello, la oscuridad parece aventajarlos. Es como si ella supiera dónde golpearlos, porque cuando lo hace, los hiere. Él, tomado de la mano de su persona especial, han sobrevivido y hecho frente a todos los embates de la oscuridad; pero no han podido salir inmunes: en repetidas ocasiones han resultado heridos. Él gira su mirada sobre su hombro para ver el estado de su ángel, y en repetidas ocasiones ha pensado que si soltara su mano, ese angelito no resultaría tan herido. Pero cuando ve directo a sus ojos, sabe que él no quiere soltarse, que juntos pueden contra cualquier obstáculo. Mientras cierra sus ojos por un momento, él escucha en su mente varias voces: "¿Dónde estas?" "Sin ti las cosas no son", "¿Es éste el final?", "Quiero permanecer a tu lado". Inevitablemente las lágrimas toman el control de sus ojos, y un sentimiento invade todo su ser. Siente como si sus energías estuvieren perdidas. La oscuridad se percata y se regocija.

En este momento, él no encuentra la manera de ponerse de pie. Está casi inconsciente. En su transición entre lo real y lo imaginario, se percata que su ángel sigue a su lado, que sus manos siguen unidas, pero que la oscuridad lucha para separarlos. Puede darse cuenta que su ángel está sufriendo mucho. En ese momento en su cabeza una idea toma más fuerza: ¿será que si suelta la mano de su ángel, ella dejará de sufrir el ataque de esta desalmada oscuridad? Una nueva batalla se libra en su interior...

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