4 de marzo de 2009

Antes de ir a dormir

La noche ha caído; el ambiente está en calma; la luz de la luna acaricia mis retinas, y me guía hasta la ventana. Me obliga a contemplarla; reflexiono: ¿cuánto tiempo ha pasado? ¿Acaso soy feliz? Me pierdo en esa blanca y resplandeciente luz.

Desvío mi mirada, dentro del cuarto oscuro; me recuesto; reflexiono: ¿acaso sé lo que siento? ¿Sabré ya lo que espero? Me levanto, el cuarto se ilumina.

Tomo un cuaderno, y comienzo a plasmar mis ideas. No puedo negarlo, tu presencia me ha invadido. Estás en todas partes, incluso en mis sueños. Reflexiono: ¿sabes lo que puedo llegar a sentir por ti? Lo dudo. Me detengo por un momento... te recuerdo, y mi corazón se acelera. Me pregunto: ¿por qué es tan difícil compartirlo? Me digo: ¡cuánto deseo que pudieras entenderlo! Me recuesto. Cierro los ojos e imagino; te veo; sonrío.

Mi mente se ocupa de encontrar lógica en la lógica que no tiene lógica, mis sueños se encargan de demostrar qué es lo que quiero, mis sentimientos se refugian tras una muralla que he construído, mis esperanzas nunca me abandonan y mi corazón sólo dice: Buenas noches.

PD: quisiera ser yo...

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