13 de enero de 2009

Sin un motivo.

Pues después de estar marginado un poco de este sitio a causa de la inactividad mental que ocasiona el periodo vacacional y la infección que aún ataca a mi garganta, regreso, pero lo hago sin tema para escribir, sin motivos específicos, es decir, por el mero placer de hacerlo, pues se trata de traer a la mente algunas memorias cuando en un futuro lea esto.

A pesar de que el día de hoy me siento muy motivo a escribir con respecto a la burocracia, o las bondades de los servidores computacionales de la época moderna que facilitan los trámites por Internet, no terminaré con la paz que hay en este sitio.

Las últimas reflexiones me han llevado a caer en temas que ya en un pasado he analizado y he concluído, sin embargo, aún no termino de comprender por qué si conozco algunas respuestas, simplemente no realizo acción alguna... Supongo que en el fondo no lo necesito (o creo no necesitarlo).

El día de hoy, que marca el regreso momentáneo a las actividades escolares (y con ello el inicio de trimestres intensivos, para hacer méritos ... ), estuvo enmarcado por la pregunta: ¿qué es lo peor que te puede pasar cuando la chica (niña, mujer, joven, etc.) que te gusta anda con otro? Bien, he de confesar que el tema es digno de aparecer en cualquier "revista" cuyo nombre empiece con "E" o qué se yo, pero sin duda es algo a lo que nos enfrentamos varias veces (tal vez más de las que necesitamos) en la vida. Pero no entraré detalles, para evitar caer en ejemplos particulares. Esuna situación que si bien he vivido, pero que no corresponde a mi realidad en este momento.

Creo que no sabemos identificar claramente las oportunidades que se nos presentan; que no siempre estamos dispuestos a arriesgar, ya sea por experiencias pasadas o porque no terminamos de encontrar argumentos válidos para hacerlo; o que simplemente no es la persona por quien lo haríamos. Aún así, cualquier idea desprendida de lo anterior no aplica para mí, porque muy en el fondo sé que estoy negado.

Ya casi ha pasado la primera mitad del primer mes de este año, mis prioridades quedaron establecidas desde hace ya un tiempo, y es hoy, cuando tal vez la más insignificante de ellas se ha cumplido, así que me brinda un poco de esperanza para recorrer un camino lleno de retos y metas que cumplir.

Para despedirme, esta vez dejaré una imagen que tomé hace algunos meses, y que casi provoca una lucha contra unas decenas de abejas.

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